Los empresarios murcianos no son los únicos que están engrosando la lista de pacientes de los psicólogos por culpa de la crisis. El Colegio Oficial de Psicólogos de Murcia también ha detectado un aumento en el número de consultas a otras 'víctimas' de la situación económica: las parejas rotas que se ven obligadas a seguir conviviendo porque no pueden costearse el divorcio. Así, mientras que hay empresarios que están angustiados por las consecuencias que la situación económica puede tener para sus trabajadores, también hay personas que por no tener recursos deben compartir techo con una pareja a la que han dejado de querer y con la que en muchos casos existe una confrontación.
Según explica el psicólogo Eladio Rosique, estas personas que deciden no separarse porque supondría un drama económico y familiar se ven expuestas a situaciones de gran tensión, que pueden derivar en discusiones y enfrentamientos delante de los hijos, así como en situaciones de falta de respeto e, incluso, de violencia familiar.
"Las parejas que asumen que no se pueden separar buscan en el psicólogo estrategias de supervivencia", indica Rosique, quien recuerda que el divorcio no está al alcance de todos los bolsillos y no sólo por los costes que implica el proceso, también porque hay que tener recursos suficientes para mantener dos hogares. Los hijos de estas parejas que siguen unidas más por necesidad que por cualquier otra razón pueden sufrir las consecuencias de ese ambiente familiar tan poco adecuado aunque, según señala Eladio Rosique, "éstas repercusiones tardarán un tiempo en manifestarse. Ahora mismo no contamos con datos, porque toda esta situación nos está pillando de pleno ".
La crisis también está incidiendo en numerosos matrimonios murcianos que prefieren no recurrir a los tribunales y presentar demandas de divorcio consensuadas para ahorrarse una cantidad considerable en los costes. "La parte económica puede pesar para buscar un divorcio consensuado, pero existe aún más preocupación por evitar daños a los hijos", apuntan desde el centro de orientación familiar Safamur, donde aseguran que acuden más parejas para intentar salvar su matrimonio que para buscar un acuerdo para su divorcio.
Según explica el psicólogo Eladio Rosique, estas personas que deciden no separarse porque supondría un drama económico y familiar se ven expuestas a situaciones de gran tensión, que pueden derivar en discusiones y enfrentamientos delante de los hijos, así como en situaciones de falta de respeto e, incluso, de violencia familiar.
"Las parejas que asumen que no se pueden separar buscan en el psicólogo estrategias de supervivencia", indica Rosique, quien recuerda que el divorcio no está al alcance de todos los bolsillos y no sólo por los costes que implica el proceso, también porque hay que tener recursos suficientes para mantener dos hogares. Los hijos de estas parejas que siguen unidas más por necesidad que por cualquier otra razón pueden sufrir las consecuencias de ese ambiente familiar tan poco adecuado aunque, según señala Eladio Rosique, "éstas repercusiones tardarán un tiempo en manifestarse. Ahora mismo no contamos con datos, porque toda esta situación nos está pillando de pleno ".
La crisis también está incidiendo en numerosos matrimonios murcianos que prefieren no recurrir a los tribunales y presentar demandas de divorcio consensuadas para ahorrarse una cantidad considerable en los costes. "La parte económica puede pesar para buscar un divorcio consensuado, pero existe aún más preocupación por evitar daños a los hijos", apuntan desde el centro de orientación familiar Safamur, donde aseguran que acuden más parejas para intentar salvar su matrimonio que para buscar un acuerdo para su divorcio.
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